Imagen realizada por el escultor sevillano Francisco Buiza Fernández en 1.978, la talla es completa de madera de pino de Flandes, de pie con algún movimiento y una altura aproximada de 1,70 m. Procesionando por primera vez ese año sobre el antiguo paso de la Virgen reformado, es cargado en andas por los propios hermanos. Representa a Jesús apresado y abandonado por sus discípulos, reflejando un momento de profunda pena y soledad en el que aparece, maniatado y cabizbajo, en actitud reflexiva y apesadumbrada.

Cabe destacar como rasgo significativo de esta hermandad, dos apresaciones, las cuales la hacen diferente de todas las hermandades portuense. La Primera es que procesionan con el velillo sin capirote de cartón y la segunda es la manera de portar a los titulares, ya que son los propios hermanos vestidos con sus hábitos quienes realizan esta misión.

El primer año de su Salida Procesional, ocurrió un hecho que marcaría la historia de la Hermandad y que sería recordado para siempre: llegados a la calle Lechería (ahora calle Cervantes), el desfile procesional se encuentra con una casa que, amenazando desplomarse, ha sido apuntalada con unas vigas que cruzan la calle de lado a lado, y cuya altura impide la entrada del paso de María Santísima; el murmullo en los presentes se generaliza, dada la juventud y falta de experiencia de cargadores y capataz, y la sospecha de que no podrá seguir su camino; en ese momento y a la voz firme de "a los brazos", el paso baja de los hombros de los portadores a la altura de las cinturas, y de nuevo, a la orden de "al suelo", "más bajo, más bajo", los hermanos, en una prueba de gran esfuerzo, agachados y con los nudillos casi arrastrando por los chinos con los que estaba empedrada la calle, pasan por debajo de uno, dos y finalmente el tercer palo.                            

Hábito de nazareno: Cuerpo y velillo sin capirote en morado con cíngulo a la cintura y guantes negros. Emblema y medalla de la hermandad. Cirios Cera Natural.